Las caminatas sonoras consisten en una excursión sonora en silencio para escuchar los sonidos de un lugar y apreciarlos como si nunca los hubiéramos escuchado.
A su vez, las rodadas sonoras son paseos en bicicleta que también tienen como objetivo aprender a escuchar y valorar los sonidos como parte del patrimonio sonoro. Estas actividades se realizan bajo la guía de un especialista que enseña al público a reconocer, apreciar y valorar las sonoridades circundantes.