Imperatrix Agatha. Monodías y polifonías del Tropario de Catania
Sicilia, la isla más grande del Mediterráneo, ha sido ampliamente codiciada a lo largo de su historia por todos aquellos que quisieron extender su influencia a través del Mare Nostrum. Fenicios, griegos, árabes, romanos y bizantinos dejaron su impronta en la ínsula, aunque la presencia de un pueblo en concreto marcaría la diferencia: los normandos. La llegada de estos vikingos procedentes del norte de Francia, encabezados por Roberto de Hauteville y Roger Bosso en el año 1094, y posteriormente bajo el mandato del hijo de este último, Roger II, primer rey de Sicilia implicaría un intercambio y convivencia entre culturas orientales y occidentales que supondría un milagro a la par económico y cultural, cuyo reflejo se haría notar en el arte, la arquitectura y, por supuesto, en la música.
De esta riquísima etapa de la Sicilia normanda, han llegado pocos testimonios musicales hasta nosotros, aunque entre ellos destacan tres manuscritos que resultan absolutamente indispensables para conocer el lenguaje musical y ritual siciliano de los siglos XI y XII. Se trata de los troparios Ms 288 (el más antiguo, probablemente de la capilla de Roger I), Ms 289 (vinculado a la corte del rey Roger II) y el protagonista indiscutible de este programa: el Tropario de Catania (Ms. 19421), procedente de la Catedral de Santa Águeda de Catania.
Copiados entre el año 1100 y 1160, la importancia de estos libros radica en que, en su contenido, que consta casi exclusivamente de “tropos”, piezas únicas destinadas a embellecer los cantos de la misa para las festividades más importantes, y en los que verdaderamente podemos apreciar la habilidad técnica y poética de una música sorprendente, con un lenguaje desarrollado y moderno, que contrasta intensamente con la apacibilidad del canto llano. Entre las diferentes maneras de tropar que se practicaban en la época, encontraremos en estos manuscritos algunas especialmente interesantes, como dramas litúrgicos, letanías, farcituras y canciones latinas de marcado carácter siciliano.
El Tropario de Catania, por su parte, contiene una de las colecciones más representativas de secuencias tempranas, una de las formas musicales más destacables de la Edad Media que se cantaba los días de fiesta después del Alleluia. En el mismo manuscrito encontraremos además cuatro ejemplos de polifonía a dos voces, en los que una voz superior ricamente ornamentada recuerda a las polifonías aquitanas, antesala de la posterior Escuela de Notre Dame.
Estos manuscritos de indudable valor para la reconstrucción de la historia de la música sacra del sur de Europa pertenecieron a la biblioteca del Duque de Uceda, Juan Francisco Pacheco Téllez Girón (1649-1718), quien se haría con ellos a raíz de haber sido nombrado virrey de Sicilia en 1687. Sin embargo, sus bienes fueron incautados cuando retiró su apoyo al rey Felipe V en pro del archiduque Carlos, pasando de esta manera su vasta colección documental a los fondos de la Real Biblioteca en 1712. La pista de estos troparios se pierde en el siglo XIX, y reaparece cuando son comprados por Francisco Asenjo Barbieri en Salamanca en 1869, pasando posteriormente a la Biblioteca Nacional de España junto con el resto de su fondo. Gracias a esta institución que hoy en día custodia y resguarda estos manuscritos, podemos ofrecer este programa, único e inédito, que conecta dos naciones a través de su cultura musical.
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Detalles
Inicia: | 20 Septiembre 2023 7:00 pm |
Finaliza: | 20 Septiembre 2023 8:00 pm |
Ubicación | Fonoteca Nacional de México |