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Miguel Bernal Jiménez
(1910-1956)

 

La Revolución Mexicana trajo consigo la necesidad de una nueva identidad cultural que, junto con el ideario político, ayudara a cohesionar el nuevo orden social. En música, el primer paso lo dio Manuel M. Ponce, seguido por Carlos Chávez y Silvestre Revueltas. La nueva corriente estética, el Nacionalismo, adquirió tintes políticos y se convirtió así en discurso oficial. Sin embargo, quedaba una muy buena parte de la sociedad, muchas veces más conservadora, que aunque buscaba una identidad propia y también nacional, no se sentía identificada con este discurso.

Miguel Bernal Jiménez representa a este sector que también formaba parte muy importante de la sociedad, él no sólo buscó nuestras raíces en la música popular, sino que escarbó y encontró un tesoro en el pasado colonial y lo hizo formar parte de esta nueva identidad. Su enorme conocimiento de la música religiosa, que va desde el canto gregoriano hasta las manifestaciones litúrgicas de su tiempo, pasando por el órgano y los grandes polifonistas del renacimiento, le dieron elementos para ser uno de los primeros investigadores sobre nuestro pasado. Su labor de recopilador de documentos, de transcripción y ejecución formó la base de las investigaciones de hoy día. Su publicación de El Archivo musical del Colegio de Santa Rosa de Santa María de Valladolid (S. XVIII) es un parteaguas en la musicología nacional.

Trabajador incansable, Bernal Jiménez fue director fundador del Conservatorio de las Rosas y de la revista Schola Cantorum; también fue director del Coro de Niños Cantores de Morelia. Como compositor trabajó tanto en música religiosa como secular, incluyendo y haciendo una síntesis del pasado con su propio lenguaje. Gran parte de su obra es desconocida aún, sobre todo la de carácter religioso. Al escuchar sus composiciones resalta su gran imaginación y una sencillez que es sólo aparente, ya que sus conocimientos técnicos eran superiores a la mayoría de sus contemporáneos. Esta mezcla perfecta entre imaginación y técnica que se aparta deliberadamente del Nacionalismo de tintes socialistas hacen que la música de Miguel Bernal Jiménez sea muy difícil de clasificar. Sin buscar etiquetas podemos asegurar que su obra es muy mexicana y universal a la vez; es espiritual, sin perder de vista lo humano, y de gran profundidad al mismo tiempo que de extraordinaria factura.

 

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