Las ondas sonoras (sound waves) son procesos electromagnéticos, flujos de energía que mueven átomos y partículas, oscilaciones en la materia que percibimos como sonido. Durante varias décadas, Arcangelo se ha dedicado a construir artefactos sonoros que presenta como acciones performáticas especulativas. Una de las principales particularidades en sus improvisaciones dinámicas está en la escucha: percibir el entorno sonoro para identificar sus variantes, crestas y flujos, y abordarlas surfeando un océano sónico, producto de la experimentación sonora con artefactos performáticos.

Las ondas sonoras (sound waves) son más que simples vibraciones que se desplazan a través de un medio; son procesos electromagnéticos complejos, flujos de energía que mueven átomos y partículas, frecuencias en la materia que nuestros sentidos interpretan como sonido. Desde una perspectiva física, el sonido es una manifestación de la energía que interactúa con nuestro entorno, modelando y transformando el espacio. Pero desde un enfoque artístico, estas ondas son también vehículos de expresión, capaces de crear experiencias sensoriales que van más allá de lo audible, extendiéndose hacia lo performativo y lo especulativo.

A lo largo de varias décadas de experimentación, Arcangelo Constantini ha dedicado su práctica a la construcción de artefactos sonoros: dispositivos que no solo generan o modifican sonidos, sino que también son parte integral de una experiencia performática. Estos artefactos no son meros objetos inertes; son herramientas vivas, cuyos comportamientos y posibilidades son explorados en el contexto de improvisaciones dinámicas. Cada presentación es única, ya que la relación entre el creador, el artefacto y el sonido se despliega en tiempo real, dentro de un espacio acústico que nunca se repite de la misma manera.

En esta exposición en la Fonoteca Nacional, el público puede conocer estos artefactos presenciando la cualidad estética de su apariencia como objetos. La laudería de Constantini trabaja a contrapelo de los discursos tecnológicos sonoros imperantes. En sus instrumentos hay una búsqueda por desviar, seducir o llevar más allá la funcionalidad del artefacto para encontrar nuevas experiencias acústicas. La intervención y el hackeo de las tecnologías también implican un discurso y un posicionamiento frente a la tecnología corporativista y frente a la producción hegemónica de ciertos sonidos que siguen la industria y las tendencias.

Además, la muestra funciona como un archivo que propició el registro de la sonoridad de estos artefactos, testimonio que la audiencia puede percibir a través de los videos disparados desde una interface de usuario diseñada por el artista. Dentro de la lógica del acervo sonoro de la Fonoteca Nacional se incluye la posibilidad de documentar aquellas sonoridades que pertenecen a las prácticas performáticas y que por ello parecieran estar remitidas a su condición de desaparición en la riqueza de lo efímero. Aunque los registros de una experiencia performática serán siempre parciales, vale la pena dar a sentir y a escuchar al espectador la sutil vibración de los objetos que se encuentra en ellos silenciosamente depositada como energía potencial que se actualiza en cada interpretación.

Una de las particularidades más notables en la improvisación sonora es la escucha activa. Aquí, la escucha no se refiere solo a la capacidad de oír el sonido, sino a una práctica meditativa y atenta en la que el artista se sumerge completamente en el entorno sónico.

Arcangelo aborda y construye este entorno como un océano fluido y cambiante de frecuencias, crestas y flujos, donde cada sonido puede desatar nuevas interacciones, variaciones o matices. Tal como un surfista debe leer las olas del mar, como improvisador sonoro navega surfea mar invisible de ondas sonoras, ajustando su performance a los movimientos de la energía acústica que le rodea.

La metáfora del surf no es casual. El surfista no puede controlar el mar, pero puede aprender a moverse con sus fuerzas, a sincronizarse con las olas para aprovechar su poder de forma creativa. De manera similar, en la improvisación sonora, Arcangelo no busca imponer su voluntad sobre el sonido, sino colaborar con él, explorando sus posibilidades, dejándose llevar por las resonancias inesperadas y las fluctuaciones accidentales. El sonido, en este sentido, es tan impredecible y vasto como el océano; un espacio que invita a la exploración constante y que desafía las fronteras de lo conocido.

Este proceso de creación se enriquece a través de la experimentación tecnológica. Los artefactos performáticos que Arcangelo construye son una extensión de su capacidad de interacción con el sonido. No se trata solo de instrumentos, sino de dispositivos especulativos que proponen nuevas formas de generar, manipular y experimentar las ondas sonoras. Estos artefactos no están limitados a las funciones tradicionales de los instrumentos musicales, sino que abren puertas a formas híbridas de creación que combinan elementos de la ingeniería, la ciencia y el arte. En este sentido, el performance se convierte en un acto especulativo en el que la improvisación no solo es el acto de tocar, sino de descubrir, de aventurarse en territorios inexplorados de la acústica y la percepción.

La improvisación es, así, un diálogo constante entre el artista, el sonido y la tecnología. En cada acción performática, el artefacto sonoro toma protagonismo como un agente activo, respondiendo a las manipulaciones del creador, pero también sorprendiendo con sus propias resonancias y comportamientos inesperados. Este tipo de interacción revela que, en la práctica

de Arcangelo, el arte sonoro no es un acto unidireccional, sino un proceso colaborativo en el que el artista aprende tanto del sonido como el sonido aprende del artista.

Artefactos Performáticos:

• 8x8 ohm 1 bit
• Optosonov1
• Voltaikoz
• Detector de contenido
• 60Hz Wnoise
• Phonotube
• Batalla de Titanes
• 8BitBoleroboomBox
• Spestri Guitarr
• Spestri Bass
• Sdj
• Hysteresis Hystericus
• Campo de Surcos
• Vozifero

SEMBLANZA

Arcangelo Constantini
Inventor artístico, hacker tecnológico, gestor y curador con una carrera de más de 30 años en el mundo del arte. Su cuerpo de obra es multifacético y transdisciplinar, centrado en la realidad especulativa y la construcción de hipótesis poéticas sobre la percepción del entorno onírico-concreto-digital. Ha creado arte en red expandido, artefactos sonoros para improvisaciones performativas y activaciones interactivas, y ha llevado a cabo extensas investigaciones sobre las anomalías de la molécula de agua, utilizando piezas de computación física, instalaciones interactivas y experimentos con máquinas mántricas.

Como Curador del Cyberlounge Museo Tamayo, programó más de veinte exposiciones de net.art y actos de interactividad autoral, así como el programa dominical de intervención sonora “ Inmerso / foro sonoro, del 2004 al 2006 , del 2000 al 2010 programó distintos actos visual-sonoros en inte[ r ] perie , la terraza de su casa-estudio / formalizada como espacio independiente para la experimentación de el arte con la tecnología en el 2006 con la inauguración de ¼ un-cuarto Formó parte del equipo de curadores de la Bienal de arte electrónico Transitio MX en los años 2005 y 2009, Así como del consejo de Dorkbot Ciudad de México realizando más de 20 eventos en la Ciudad de México, Fue co-curador con Ivan Abreu del evento inaugural del Centro de Diseño Cine y Televisión, Participó como curador del evento inaugural de la Fonoteca Nacional, 2008, actualmente es director del Festival Facto. Y con Marcela Armas desde el 2012 organizan Meditatio Sonus, Sesiones de meditación y arte sonoro guiadas en vivo por destacados artistas sonoros, Desarrolla el Ciclo de Talleres Entorchados.net y Entorno.org

Constantini ha recibido varios premios y becas, incluyendo el primer lugar en el Festival Interference en Francia en 2001, el tercer lugar en Art in The Net en Tokio en 1999, y la Beca Rockefeller/MacArthur, entre otros. Además, es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte SNCA - FONCA y ha sido beneficiario de la VIDA y el PAPIAM del CNART.