Octavio Paz

(31 de marzo de 1914-19 de abril de 1998)

Octavio Paz es el poeta del tiempo inmóvil, o del movimiento que se queda eternizado en el instante. Al leer sus poemas, el instante que se había quedado detenido, vuelve a transcurrir ante nosotros por arte de magia del poema. Fue un autor que comenzó su obra asombrado por la influencia de poetas como Carlos Pellicer, pero más adelante descubrió el Surrealismo francés, y conoció más adelante el Romanticismo alemán, que lo apasionó. Sus poemas son artefactos hechos con intensidad literaria y con el sentido lúdico: son juegos poéticos que siempre se renuevan.

Fue, además, uno de los más ambiciosos ensayistas de nuestra lengua: en sus libros se encuentran lo mismo la obra de sor Juana Inés de la Cruz que los pachucos, la literatura francesa, la pintura abstracta y el erotismo medieval.

Muy joven, su obra impresionó a sus maestros, como Carlos Pellicer o Jorge Cuesta; más adelante a Pablo Neruda y a Gabriela Mistral, para desembocar en una admiración general: con la recepción del Premio Nobel de Literatura, la obra de Paz se difundió en las principales lenguas del mundo.

Su voz ha sido fundamental: sus opiniones sobre arte, las lecturas de sus poemas, su intervención intelectual en el medio político, las entrevistas que dio en numerosos programas de radio; todo ello hizo de Paz una referencia en diferentes ámbitos de la vida pública durante medio siglo.

En las instalaciones de la Fonoteca Nacional se encontró la Fundación Paz durante varios años, y en este mismo lugar murió el poeta, el 19 de abril de 1998, como lo consigna una placa colocada al frente de esta institución.

La selección que hemos realizado de documentos sonoros relativos a Octavio Paz son muestra de su trabajo poético y de sus intereses intelectuales, así como entrevistas en que se aprecia su capacidad como ensayista repentino y como notable conversador.